Algo de Pastoral en tiempos de la pandemia, por Kennedy Delgado Sánchez SBD.
Lo primero que ha provocado este tiempo en mí, somos para los jóvenes. Ha sido revisar las maneras en que directamente o en vivo, estoy con los chavos. Reflexionar la Pastoral, repensar los qué y los cómos. La pastoral de la pantalla, como dijera el Papa Francisco, es otra cosa. He podido leer artículos sobre catequesis, Pastoral y acompañamiento también.
Me dio gusto que unos hermanos comenzaran con la transmisión de la misa dominical o bien, la misa diaria. ¿Cómo acompañar o bien, estar con los jóvenes en el oratorio nuevo, los patios virtuales? A sido muy agradable ver que grupos del mjs o bien, de otros frentes eclesiales han sido creativos y dan propuestas.
Como SDB, animador pastoral en automático, esto me pegó. Mi vida es estar entre los muchachos, de hecho, es lo que más extraño, a todos, a los cercanos, a los lejanos, a los pequeños, a los que les doy clase, a los que saludo y a los que no me saludan, por todos los que rezo.
Luego de una buena prédica de mi director, que digo que también podíamos acompañar con la oración y desde el silencio, en estos momentos, pensé en hacer algunas intervenciones, pequeñas, pero puntuales.
Transmitimos una misa dominical, la de Ramos; he compartido las homilías para los domingos desde que empezó la pandemia y claro, del Triduo Pascual, con el hermoso ejercicio de prepararlas, hacer oración con ellas y publicarlas. Compartimos también unas adoraciones al Santísimo y el rezo del rosario, así como el mensaje del sentido de cada día del Triduo Pascual, esto último con mi hermano de comunidad, el tirocinante Gabino Vásques.
He podido acompañar a algunos muchachos con inquietud vocacional con las nuevas tecnologías y se está dando el seguimiento pertinente. Abonar a la propia consagración y pensar en las actividades, me ha permitido valorar lo que hacemos, con los jóvenes, añorarle, lo que hacemos con los equipos, la organización, ejecución y evaluación, así como ver que de una manera cruda, ruda, nos han orillado a volver a lo más importante: la persona humana; y para nosotros, de entre todos, las nuevas generaciones, la porción más preciada.